¿Malos tiempos para las Fintech?

Es cierto que los bancos lo están pasando mal. Es un momento tórrido: temen las garras de la caída de los ingresos, el aumento de los costes y los temores de una recesión económica. Podríamos pensar que esto es música para los oídos de los empresarios de Hoxton y Silicon Valley, que están trabajando duro en la financiación de startups diseñadas para atraer a la generación Smartphone lejos de la banca “clásica”. Pero Lionel Laurent es uno de los que piensa que no es así.

“El mundo de Fintech depende de la financiación tradicional, casi tanto como se trata de oponerse a ella”.

Y es que, estamos viendo cómo después de muchas dudas, los bancos se han convertido en los inversores interesados ​​en distribuidores y compradores de empresas tales como paquetes de préstamos y plataformas peer-to-peer que les ayudará a reducir los costes e incluso gestores de activos.

Como explica John Biggs en su artículo publicado ayer con título Cómo sobrevivir al fin de la era unicornio “es el momento de trabajar con los bancos, no contra ellos«.

¿Y qué pasa con los fondos de capital riesgo? Laurent se muestra poco entusiasta sobre las valoraciones para un espacio cada vez más apretado, un sector que nunca ha sido amenazado por una recesión económica. El ex regulador de Reino Unido, Adair Turner advirtió a principios de este año que las pérdidas peer-to-peer en los próximos cinco a 10 años harían «que los banqueros parecieran genios de préstamos.» Los inversores podrían decir que todo forma parte del juego de poner capital de riesgo a trabajar, pero apenas se observa un apoyo a las valoraciones optimistas.

¿Pero es esto una mala noticia? Hay una razón para explicar la relación entre nuevas empresas financieras y bancos, asemejada a menudo a un “David contra Goliat”: sin la crisis financiera y la ira popular que dio lugar contra todo el sistema bancario, no habría Fintech. Un mapa donde el uno no puede existir sin el otro.